Receta paso a paso
- En un cazo mezcla los 50 mililitros de leche entera con los 200 mililitros de nata.
- Lava el limón y quítale la piel, agregándosela a los ingredientes líquidos junto a una rama de canela. Pon la mezcla a calentar a fuego medio.
- Separa las claras de las yemas de los 4 huevos, poniendo estas últimas en un recipiente limpio. Agrégales los 75 gramos de azúcar y los 30 gramos de maicena. Remueve con unas varillas eléctricas hasta tener una mezcla totalmente homogénea.
- Cuando la leche infusionada con la nata empiece a hervir, retírala del fuego y viértela sobre la mezcla de yemas y azúcar poco a poco y sin dejar de remover.
- Pon la mezcla final otra vez en el fuego a baja temperatura y remueve continuamente hasta que empiece a espesarse. Cuando esté prácticamente cuajada retírala del fuego, saca la piel de limón y el palo de canela y deja que repose durante unos minutos.
- Estira la masa de hojaldre con un rodillo de cocina y luego haz 12 círculos de 10 centímetros de diámetro con un cortapastas.
- Unta los moldes con un poco de mantequilla y ve colocando los círculos de hojaldre en ellos, presionando con los dedos para ajustarlos al tamaño de los huecos.
- Vierte la crema en los moldes, llenando 2/3 de los mismos.
- Mete en el horno previamente calentado a 250ºC con calor arriba y abajo durante 15 o 20 minutos.
- Cuando la superficie se haya dorado, saca los pasteles del horno y deja templar antes de desmoldarlos. Luego deja que se enfríen por completo sobre una rejilla.
Receta completa
Ir a Portugal y marcharse sin haber probado los pasteles de Belém debería estar prohibido. Estos deliciosos dulces, conocidos en tierras lusas como pastéis de Belém, es una de las recetas más conocidas dentro de la gastronomía portuguesa. Se cree que su origen se remonta tiempo más allá del siglo XVIII, donde los monjes del Monasterio de Santa María de Belén los preparaban. Tras la clausura del monasterio debido a la revolución liberal portuguesa iniciada en 1820, la receta llegó a un importante empresario portugués. Ésta se fue extendiendo y, actualmente, no se puede encontrar ninguna pastelería o panadería portuguesa que no los prepare. Sin embargo, si no tienes tiempo para ir hasta Portugal tan solo para ir a comer estos deliciosos pastelitos no te preocupes, ya que aquí tienes la receta para hacerlos en tu casa y sorprender a todos tus conocidos con una merienda.
Elaboración de los pasteles de Belém
A la hora de preparar estos pasteles de Belém puedes optar por preparar también el hojaldre casero o bien comprarlo ya hecho. En caso de que optes por la segunda opción para ahorrarte un poco más de tiempo necesitarás 1 lámina de, aproximadamente, 300 gramos. Lo primero será empezar a cocinar la crema con la que irán rellenos estos dulces. Para ello, vierte en un cazo de cocina mediano los 50 mililitros de leche entera y los 200 mililitros de nata para montar -siendo importante que ésta tenga como mínimo un 35% de materia grasa-. Lava el limón con abundante agua bajo el grifo para eliminar toda la suciedad y luego quítale la piel. Asegúrate de quitar bien la piel blanca que hay bajo la cáscara, ya que ésta añade un gusto un tanto amargo. Por último, echa la piel del limón en el cazo y agrega también 1 rama de canela. Pon el cazo a calentar a fuego medio y, cuando rompa a hervir, retíralo.
Mientras la leche se va infusionando ve separando la clara de la yema de los 4 huevos, siendo ésta última la que vas a utilizar. Las claras, por ejemplo, puedes usarlas para hacer un merengue. Pon las 4 yemas en un recipiente limpio y bátelas con unas varillas eléctricas. Luego añade los 75 gramos de azúcar y los 30 gramos de maicena. Vuelve a batir todo de nuevo y no te preocupes si al principio te parece que la mezcla está muy espesa, ya que poco a poco irá volviéndose más líquida. Cuando hayas logrado una crema homogénea y sin grumos, será el momento de juntarla con la leche infusionada. Una vez la hayas retirado del fuego, viértela en el otro recipiente con el resto de los ingredientes. No lo hagas demasiado rápido, sino que tendrás que ir poco a poco al mismo tiempo que bates.
Cuando las dos cremas se hayan integrado por completo, vierte la mezcla en el cazo donde anteriormente tenías la leche y la nata en el fuego. Pon a calentar a temperatura baja hasta que poco a poco vaya adquiriendo una textura más espesa. No te olvides de remover en todo momento para evitar que se pegue en el fondo de la cazuela. Cuando la crema esté muy espesa y cuajada, retírala del fuego y pásala a otro recipiente y deja que se temple durante unos minutos. Luego quita el palo de la canela y la cáscara de limón. Pon a calentar el horno a 250ºC con temperatura arriba y abajo y, mientras tanto, termina de preparar los pasteles. Desdobla por completo la hoja de hojaldre en una encimera y estíralo un poco con un rodillo de cocina. Luego tendrás que cortar 12 círculos de, aproximadamente, 10 centímetros de diámetro. Puedes hacerlo con un cortapastas o bien utilizar un vaso o cualquier otro instrumento redondo.
A la hora de hornearlos lo mejor es que utilices un molde de magdalenas; es decir, que tenga varios agujeros pequeños. Úntalos con un poco de mantequilla para que el hojaldre no se pegue y luego mete los círculos de masa en ellos presionando ligeramente con los dedos para que se adapten a los huecos. Por último, ve rellenando cada uno de los huecos con un poco de crema, procurando llegar tan solo un poco por encima de la mitad. Mete los pasteles en el horno durante 15 o 20 minutos hasta que compruebes que la superficie de la crema empieza a dorarse. Si ves que aún no están hechos, déjalos un poco más y en caso de que se estén quemando y la masa aún no esté hecha puedes taparlos con un trozo de papel de plata. Luego sácalos y deja que se templen durante unos minutos antes de desmoldarlos. Eso sí, antes de probarlos deberás dejar que se enfríen por completo sobre una rejilla.