Pudin de cabracho

En la zona cantábrica es muy característico acudir a la pescadería y coger pescado fresco para poder realizar sabrosas recetas. Una de ellas es el pudin de cabracho. Éste es un pez de roca que, en caso de no poder encontrarlo fresco en una pescadería también podemos comprarlo congelado. Para hacer este entrante no habrá tanto problema por optar por el congelado, además será mucho más económico.Este entrante puede elaborarse en cualquier época del año. Aun así, es recomendable reservarlo para aquellas ocasiones más especiales en las que se quiera improvisar a los comensales. En caso de que no seamos nosotros los anfitriones, es una comida muy sencilla que llevar a una casa a la que hemos sido invitados. Seguro que será un gran éxito y recibirás un gran número de felicitaciones por ella.

Cómo elaborar la recetaEn primer lugar, y en el caso de que nuestro cabracho sea fresco, hay que cocerlo en agua con sal, cebolla, perejil, media hoja de laurel y un poco de vino blanco. Cuando ya lo tengamos cocido, toca empezar a limpiarlo. En primer lugar, se quitan las pieles y las espinas hasta que quede el lomo al descubierto. Una vez que ya hayamos terminado de limpiarlo es momento de desmenuzarlo y apartarlo hasta que toque introducirlo de nuevo en nuestra receta.Antes de empezar a hacer la mezcla de nuestro pudin de cabracho tendremos que escoger el molde en el que la vamos a verter y lo engrasamos con mantequilla. Preparado el molde, toca juntar el resto de los ingredientes. Para ello, se introducen en la batidora los huevos, el tomate, la nata y, una vez que estén batidos, el pescado. Se bate todo junto hasta que quede una pasta fina que, posteriormente, se vierte en el molde.El siguiente paso es poner a calentar el horno a calor moderado e introducir el molde al baño María. Tardará en cocer de cuarenta a cincuenta minutos a calor suave. A medio hacer, se coloca encima un papel de aluminio holgado para que no forme corteza. Pasado el tiempo, se retira y se deja enfriar el suficiente tiempo para que no se deshaga al desmoldarlo. Si es necesario, se puede meter en la nevera.