Receta paso a paso
- Lava y pela las naranjas. Conserva la cáscara de un par de naranjas y quítale la piel blanca del interior.
- Corta las naranjas en trozos y quita las pepitas. Échalas en una cazuela y reserva para más adelante.
- Lava el limón y pélalo, reservando también la piel y exprimiendo la pulpa para extraer el zumo.
- Corta todas las cáscaras en tiras y mételas en agua hirviendo durante 5 minutos. Luego sácalas, escúrrelas y resérvalas.
- Pon las naranjas troceadas a calentar a fuego medio y, cuando rompan a hervir, agrega agua, 2 cucharas de miel y el zumo de limón. Remueve hasta que se integren.
- Incorpora las cáscaras y deja que todo se cueza durante 15 minutos sin dejar de remover .
- Divide la mermelada en frascos previamente esterilizados y hazles el vacío antes de guardar.
Receta completa
Receta completa
¿A quién no le gusta la mermelada? Se trata del complemento perfecto con el que endulzar un yogur o untar una tostada a la hora de desayunar. Pero la mermelada que mejor sabe es la que se prepara personalmente en casa. Prácticamente se puede utilizar cualquier fruta, desde fresas o moras a higos, melocotones o ciruelas. En el caso de esta receta es la naranja la protagonista, un cítrico que no sólo aporta un toque muy fresco, sino que tiene grandes beneficios para el organismo como es su poder antioxidante gracias a la vitamina C que contiene o su gran aporte de fósforo, potasio o ácido fólico. Atrévete y prepara tu propia mermelada de naranja casera con la que sorprenderás a toda tu familia. Y lo mejor de todo es que esta receta no lleva azúcar al ser sustituido por miel, por lo que es perfecta para aquellas personas que están intentando bajar de peso o bien busquen llevar una dieta sana y equilibrada.
Elaboración
A la hora de escoger las naranjas con las que preparar esta mermelada es importante que te asegures de que éstas están en su punto, es decir ni muy maduras ni todavía verdes. Comienza lavando las naranjas ya que, aunque las vas a pelar, deberás reservar un par de cáscaras. Pélalas con cuidado de eliminar la piel blanca todo lo mejor que puedas y córtalas en cuartos intentando quitarles todas las pepitas. En el caso de las cáscaras que reserves también tienes que intentar quitar la piel blanca que queda en la parte interior, ya que puede aportar un desagradable toque amargo a la mermelada. Pon las naranjas troceadas en una olla y resérvalas para más adelante.
A continuación, lava el limón y pélalo. En este caso también deberás reservar la cáscara, tratando de eliminar también la parte blanca. El siguiente paso será cortar en tiras las cáscaras de las naranjas y del limón y poner un cazo de agua a calentar a fuego fuerte. Cuando el agua rompa a hervir, incorpora las pieles y deja que se cuezan durante 5 minutos. Pasado ese tiempo, sácalas y escúrrelas para luego resérvalas. Ahora recupera las naranjas ya troceadas que tenías en una cazuela y pon éstas a calentar a fuego medio. Cuando las naranjas lleguen a ebullición, incorpora el zumo del limón, 2 cucharadas de miel y medio vaso de agua. Remueve todo bien durante unos minutos hasta que todos los ingredientes se hayan integrado por completo. La cantidad de agua que incorpores depende de la textura que quieres que tenga la mermelada, ya que cuanta más agua más líquida quedará. También es importante que la pruebes para comprobar si está lo suficientemente dulce, pudiendo añadir más miel si fuera necesario.
El último paso será añadir a la cazuela las pieles de naranja y de limón que habías reservado, dejando que se cueza todo durante unos 15 minutos más y sin dejar de remover. Cuando la mermelada esté lista ya puedes llenar con ella los frascos en los que la vayas a conservar. Es importante que estos tarros estén debidamente esterilizados en el lavavajillas o en agua hirviendo y totalmente secos. Después de poner la tapa al frasco dale la vuelta para que se haga el vacío y déjalo así durante toda la noche, ya que de lo contrario la mermelada no se conservará de la forma debida. Luego ya puedes guardarlos hasta 3 meses en perfecto estado.