Galletas de mantequilla para Halloween

Las galletas de mantequilla siempre consiguen triunfar, y es que con muy pocos ingredientes se puede conseguir una auténtica delicia. Se trata de una de las recetas de galletas más fáciles de hacer, es más, cuando empieces seguro que no podrás parar. Un truco que te cuento por si te sobre masa es que puedes congelarla, teniéndola a mano siempre que quieras y se te antoje este rico capricho. Y teniendo en cuenta su sencillez no es para menos que destaque que puede convertirse en una receta perfecta para compartirla con los más pequeños de la casa, por eso es una opción perfecta si quieres divertirte con ellos preparando una merienda temática de Halloween.

Elaboración

Lo primero que tienes que hacer es mezclar en un bol la mantequilla y el azúcar. Para que esto sea fácil, recuerda que la mantequilla debe estar a temperatura ambiente para poder trabajar bien con ella. Usa unas varillas si lo crees necesario para integrar el azúcar en la mantequilla, mezclando bien. Una vez lo tengas mezclado, debes agregar una cucharita de esencia de vainilla.

Añade un poco de mermelada a las galletas simulando la sangre

Después debes incorporar la harina, siempre tamizada y para ello debes pasarla por un colador, para quitar impurezas. Mezcla junto con los demás ingredientes. Y ha llegado el momento de dar forma a las galletas. Como queremos que formen parte de nuestra temática de Halloween no necesitarás ningún molde, simplemente con un cuchillo podrás cortar las galletas con forma de dedo, no muy gordas, pero tampoco muy finas. Eso lo harás una vez hayas extendido la masa con un rodillo sobre una superficie limpia y cubierta de harina.

Cuando hayas cortado las galletas con forma de dedos, haz pequeñas rayas, simulando las arrugas de la mano, y coloca en la parte superior un fruto seco que simule la uña de los dedos, lo más parecido a una uña es la almendra, así serán mucho más terroríficas estas galletas de Halloween. Colócalas en una bandeja de horno y hornea durante 11 o 12 minutos a 180ºC. Anteriormente te recomiendo que precalientes el horno, así se harán más rápido sin problema. En el momento que veas que se empiezan a dorar los bordes, las sacas. Si ves que están blanditas no las dejes más porque cuando se enfrían se endurecen. Y si quieres dar a las galletas un toque más siniestro, añade mermelada de fresa a modo de sangre.