Receta paso a paso
- Prepara el fermento de la masa madre: vierte 100 mililitros de agua templada en un recipiente y disuelve en ella 10 gramos de levadura fresca.
- Agrega los 100 gramos de harina de repostería y mezcla con la ayuda de las manos hasta que la masa sea homogénea y sin grumos.
- Tapa el recipiente con la masa del pan con un trozo de papel film y mete en la nevera, donde deberá reposar durante toda la noche.
- A la mañana siguiente, pon en un recipiente amplio 280 mililitros de agua templada y disuelve en ella los 10 gramos de levadura fresca restantes.
- Incorpora a la masa los 500 gramos de harina de fuerza y amasa con las manos.
- Pon la masa sobre una encimera o una superficie de trabajo lisa e incorpora una pizca de sal y la masa madre que ha estado reposando en la nevera. Trabaja con las manos durante unos minutos hasta que tengas una masa blanda y un poco pegajosa.
- Unta un recipiente con un poco de aceite de oliva virgen extra y mete la masa del pan hecha una bola en él. Cúbrela con un paño de cocina limpio y deja que repose a temperatura ambiente durante 30 minutos para que doble su volumen.
- Espolvorea un poco de harina sobre una encimera y pon la masa encima, presionándola luego ligeramente con las palmas de las manos para eliminar el aire.
- Dale forma redondeada y luego coloca la masa en una bandeja de horno forrada con papel de hornear. Haz unos cortes en la superficie y espolvorea un poco de harina antes de dejarla reposar durante otros 30 minutos.
- Pon a calentar el horno a 250ºC y coloca una bandeja llena de agua en la parte inferior. Luego pon el pan sobre una rejilla y mételo en el horno a media altura.
- Tras 10 minutos, baja la temperatura del horno a 200ºC y deja que el pan se cueza durante 40 minutos.
- Saca el pan del horno y deja que se enfríe antes de comerlo.
Receta completa
El pan de pueblo, también conocido como pan de payés o pan rústico, es perfecto para preparar unas deliciosas tostadas en el desayuno o bien para acompañar a una tabla de embutidos. Y es que, ¿no es cierto que el pan preparado en casa sabe mejor que el comprado? Además, también es una forma de asegurarte de que tan solo contiene ingredientes de calidad y aquellos que tú deseas. De forma redondeada, tradicionalmente este pan tiene una corteza gruesa y crujiente que contrasta con una miga firme y tierna. Al igual que en muchas recetas de pan, el de pueblo consiste en preparar primera un primer fermento que será la masa madre, a partir de la cual se elabora. Así que anímate y sigue la receta que te mostramos a continuación para sorprender a toda tu familia con un delicioso y tierno pan casero. Esta receta suele tener como resultado un pan de aproximadamente 1 kilo, por lo que si prevés que no te lo vas a acabar y no quieres tirarlo lo que puedes hacer es cortarlo en rebanadas y guardarlo en el congelador.
Elaboración del pan de pueblo
Como muchas otras variantes de pan, la masa madre es el paso inicial para la preparación del pan de pueblo. Hacer el fermento es de lo más sencillo, aunque deberás tener en cuenta que tendrá que reposar durante una noche entera antes de poder continuar con la receta. Para ello, pon en un recipiente amplio 100 mililitros de agua templada y agrega 10 gramos de la levadura, luego remueve con un tenedor hasta que ésta última se haya desintegrado por completo. A continuación, añade los 100 gramos de harina de repostería y mezcla con las manos hasta tener una masa homogénea. Luego cubre el recipiente con un poco de papel film y mételo en la nevera, donde deberá reposar la masa durante toda la noche.
Al día siguiente, comienza disolviendo otra vez los 10 gramos de levadura restantes en agua. Sin embargo, en esta ocasión hazlo en 280 mililitros de agua templada. A continuación, agrega al bol los 500 gramos de harina de fuerza y vuelve a trabajar con las manos hasta que los ingredientes se hayan ligado. Vuelca esa masa inicial sobre una encimera o una superficie de trabajo lisa y agrega una pizca de sal y la masa madre que está reposando en la nevera. Trabaja todo con las manos hasta que consigas una masa con una textura blanda y algo pegajosa. En ese momento, unta un bol con un poco de aceite de oliva virgen extra, haz una bola con la masa y mételo en él. Cúbrela con un paño de cocina limpio y deja que repose a temperatura ambiente durante 30 minutos, tiempo necesario para que doble su tamaño.
Pon a calentar el horno a 250ºC con calor arriba y abajo y coloca una bandeja llena de agua en la parte de abajo. Este agua es importante ya que generará un vapor que permitirá que el pan se cueza correctamente, haciendo que la parte exterior quede dorada y crujiente al mismo tiempo que la miga adquiere una textura suave y tierna. Cuando el horno haya adquirido la temperatura adecuada, mete el pan colocándolo sobre una rejilla a media altura. Hornea durante 10 minutos y luego baja la temperatura a 200ºC, dejándolo dentro durante unos 40 minutos más. Luego tan solo tendrás que sacarlo del horno y dejar que se enfríe antes de degustar este delicioso pan de pueblo. Puedes hacerlo acompañado de algo dulce como mermelada o miel, aunque también es perfecto para degustar un queso o algo de embutido. Y es que este pan de pueblo está tan bueno que hasta con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal está para chuparse los dedos.