Receta paso a paso
- Rellena un poco más de la mitad de los moldes de polo con bebida gaseosa. Puedes cambiarla por refrescos de otro sabor, pero si es transparente se verán mejor las gominolas.
- Añade algunas gominolas en el líquido, las suficientes para que el refresco llegue prácticamente al borde superior. Puedes usar las gominolas de los sabores que más te gusten.
- Coloca las tapas de los moldes y mete los polos en el congelador durante, como mínimo, 8 horas. Si los dejas de un día para otro te asegurarás de que tengan una textura perfecta cuando vayas a comerlos.
- Para servirlos, saca los polos de los moldes con cuidado para que no se rompan. Un truco es meterlos en un poco de agua templada para que los helados se derritan ligeramente y se desmolden con facilidad.
Receta completa
Receta de polos de gominolas
Aunque el calor del verano ya prácticamente se ha despedido hasta el año que viene, los helados nunca sobran. Da igual la época del año que sea. Además, hacer polos caseros es el plan perfecto para pasar una tarde divertida, sobre todo si se hacen acompañados de los más pequeños de la casa. En el caso de esta receta, se trata de unos polos hechos de deliciosas gominolas, pudiendo utilizar aquellas que más te gusten. Toma mucha nota de los pasos que te mostramos a continuación y sorprende a tu familia con unos helados diferentes.
Elaboración
Para preparar estos deliciosos y originales polos, lo primero que tendrás que tener en cuenta es que necesitarás unas poleras. Éstas se pueden encontrar en cualquier tienda en la que vendan instrumentos de cocina y se trata de una bandeja con 4 o 6 moldes que incorporan unas tapas con palos. En su defecto, puedes sustituir los moldes por vasitos de plástico, pero tendrás que esperar a que los polos estén semicongelados para clavar el palito y que éste no se vaya al fondo. Cuando tengas los moldes que vayas a utilizar sólo tendrás que llenarlos un poco más de la mitad con gaseosa, Sprite o cualquier otra bebida parecida. Además, también puedes utilizar otro tipo de refrescos que te gusten, ya sean de naranja, de limón o de cola para darle un toque diferente. Sin embargo, si usas una bebida transparente como la gaseosa te asegurarás de que las gominolas se ven perfectamente dentro del polo y queden mucho más bonitos.
A continuación, echa un puñado pequeño de gominolas en cada una de las poleras. Ten cuidado de que el líquido no rebose ya que, cuantas más gominolas eches, más irá subiendo el nivel del refresco. Lo ideal es que el líquido quede un poquito por debajo del borde superior del molde, por lo que puedes añadir más refresco si fuera necesario. En cuanto al tipo de gominolas, puedes utilizar aquellas que más te gusten. Puedes optar por los ositos tradicionales o por gominolas de sabores afrutados. También puedes hacer los polos por sabores -fresa, naranja, limón...- o mezclar las diferentes gominolas para lograr un sabor único.
Cuando los tengas preparados sólo te quedará poner las tapas a los moldes del polo y guardar los helados en el congelador. Para que estén hechos, los polos deben estar como mínimo 8 horas en el congelador. Sin embargo, si los dejas un día entero te asegurarás de que estén en su punto cuando los vayas a comer y que no se te derritan ni se te rompan. Cuando hayan estado el tiempo suficiente en el congelador ya sólo te quedará desmoldarlos y disfrutar de ellos. Si tienes problemas para sacar los polos de los moldes puedes utilizar un pequeño truco que consiste en meter las poleras en un recipiente con un poco de agua templada, de forma que el helado se derrita un poco y salga con mayor facilidad del molde.