Londres es una de las ciudades del mundo con una oferta gastronómica más rica y variada. No en vano, la capital británica es una mezcla de culturas y clases sociales tremendamente variada donde la restauración cada día está más valorada. Y si la restauración ha evolucionado en Londres en los últimos años, la ciudad también ha cambiado notablemente.
Los rascacielos se han ido apoderando de la City. Si hace una década los edificios altos parecían ser propiedad de la zona de Canary Wharf, el skyline de Londres combina ahora la majestuosidad de obras clásicas como el Big Ben o el Tower Bridge con pequeños grandes iconos de la arquitectura moderna, donde tal vez The Shard -el edificio más alto de Europa- sea su máximo exponente.
Y si combinamos arquitectura con gastronomía, nos encontramos con una notable cantidad de nuevos restaurantes con vistas de infarto en una de las ciudades más carismáticas del mundo. Son muchos, pero en Bekia Cocina nos hemos permitido seleccionar 5 restaurantes de Londres con las mejores vistas, la mayoría abiertos hace menos de un par de años. Eso sí, si te decides a probar alguno, recuerda reservar (con tiempo), porque todos tienen lista de espera.
1 Darwin Brasserie
Es el más asequible de los cinco, con pastas y ensaladas entre las 10 y 15 libras y platos principales desde las 15 hasta las 35 libras. Está situado en la Torre Fenchurch 20, localizada en el mismo número de la calle homónima.
Se trata de un característico edificio de 160 metros de altura inaugurado en 2014 que destaca por su peculiar forma: es más ancho en su parte alta que en la baja. En la azotea se encuentra un jardín artificial con un bar y unas impresionantes vistas de Londres: el Sky Garden. La entrada es libre y gratuita, aunque hay que reservar por internet (y se agotan rápido), y además hacer cola. En medio del jardín, en el piso 36, se encuentra Darwin Brasserie, una opción perfecta para subir al jardín ahorrándose las colas.
Lo malo del restaurante es que, al estar en medio del jardín, no tiene ventanas con vistas directas a la calle, aunque siempre puedes darte una vuelta por el jardín antes o después de la cena y disfrutar de una estupenda vista del Tower Bridge y Southbank.
Las mesas están un poco juntas y el menú es bastante sucinto, aunque el servicio es atento y, por el lugar, la relación calidad/precio es sorprendentemente atractiva. Puedes pedir carne o pescado con platos relativamente elaborados. Por su precio, es tal vez uno de los lugares más recomendables si quieres comer con buenas vistas en Londres.
2 Aqua Shard
Aqua es una cadena de restaurantes con más de 14 años de experiencia que acumula locales en Hong Kong, Pekín y Londres. En la capital británica dispone de cinco, dos de ellos situados en el edificio The Shard, el más alto de Europa. The Shard tiene dos zonas de restaurantes, una dentro del hotel Madarin Oriental, y otra independiente, a la que se accede por una puerta contigua a la del hotel desde abajo.
Aqua Shard pertenece a la zona independiente de restaurantes y se trata de un local muy amplio situado en el piso 31 del edificio. Por su peculiar forma en punta, el restaurante está en la parte media del edificio (The Shard tiene 72 plantas), aunque las vistas son directas y una de las más completas de Londres, ya que abarcan desde el Big Ben al Tower Bridge.
El local es amplio y dispone de techos altos, lo que le dota de una mayor espectacularidad. Aunque no se puede reservar una mesa en la ventana (tienes que tener suerte), la mayoría tienen buenas vistas. Abierto desde el desayuno hasta la cena, las opciones más económicas están en el menú de mediodía entre semana (2 platos por 32 libras) al brunch de fin de semana (3 platos por 48 libras). Cenar sale ligeramente más caro.
La carta es bastante amplia, con varias opciones en todos los menús, siempre pudiendo elegir entre carne, pescado y una variedad de ensaladas. Las porciones son generosas y los platos están preparados con esmero. El servicio es además muy atento, sin llegar a atosigar.
3 Oblix
En el mismo The Shard, un piso más arriba, está Oblix. Un restaurante creado por el chef Rainer Becker. El local es mucho más pequeño que el del Aqua Shard y busca un ambiente más íntimo y sofisticado. Las vistas son igualmente impresionantes, aunque más orientadas hacia el este.
El precio del menú es más elevado (55 libras por 3 platos, aunque incluye un vaso de champán y la opción de vino ilimitado por 15 libras más). Cenar es igualmente más caro. El menú es bastante amplio y variado, aunque la preparación de muchos de los platos es más simple que en el caso del Aqua Shard.
Ni la relación calidad/precio ni el servicio (bastante mal organizado) están a la altura de un restaurante de estas características, por lo que sólo podemos recomendarlo si no encuentras mesa en el Aqua Shard. Los postres son de lo mejor de la carta.
4 Fenchurch Restaurant
Situado en el Skygarden de la Torre Fenchurch 20 (el mismo edificio que Darwin Brasserie), el restaurante Fenchurch es una opción un poco más sofisticada para cenar en el complejo. El restaurante está en medio del jardín, justo un piso encima del Darwin, y las vistas son prácticamente las mismas (mejores fuera que dentro del restaurante).
La carta, de influencia francesa, es un poco más amplia que el de Darwin (aunque no en exceso). Es también un poco más caro, aunque sólo un par de libras por plato. El local en sí es más amplio, las mesas están menos pegadas y el ambiente es tal vez menos familiar y de grupos, y más individual. El servicio es atento y la calidad de la comida más que aceptable.
5 Sushi Samba
Sushi Samba es una cadena de restaurantes con varios locales repartidos por medio mundo. Fusión de cocina japonesa, brasileña y peruana, la sede de Londres está en los pisos 38 y 39 del edificio del 110 de la calle Bishopgate.
Lo más espectacular está nada más llegar, y es el ascensor completamente acristalado que te lleva hasta el piso 32. Una experiencia no apta si sufres de vértigos. El restaurante es amplio, aunque la sala principal (de techos altos), está sobrecargada de mesas y el ambiente es ruidoso.
El local dispone además de terraza y bar, y ofrece cenas hasta tarde (cierra a la 1:30 de la madrugada, casi un inédito en Londres), lo cual se agradece. Tal vez por sus grandes dimensiones y su falta de compartimentación, el ambiente es extraño con una mezcla de locales y turistas un tanto atípica.
La carta es muy extensa y variada. Con rollos de sushi desde las 12 libras hasta las 1.000 libras que cuesta un filete de carne japonesa wagyu con denominación de origen. Eso sí, el local pide un consumo mínimo de 50 libras por persona.
El servicio es atento y rápido y, dentro de la amplísima carta, algunos platos de fusión están más logrados que otro. No es, ni de lejos, el mejor restaurante japonés de Londres, ni tampoco son los únicos en ponerle jalapeño a un maki roll. Pero la calidad es correcta, las vistas son buenas y desde luego es un lugar pintoresco para pasar una noche en Londres.